Cómo usar narrativas para enseñar emociones en preescolar

La desarrollo emocional es fundamental en las primeras etapas de la vida. En el preescolar, los niños están aprendiendo a identificar, comprender y expresar sus sentimientos, un proceso que necesita ser guiado y apoyado. Las narrativas, ya sean cuentos, canciones, poemas o incluso historias inventadas, ofrecen una herramienta increíblemente valiosa para introducir estos conceptos de manera lúdica y accesible. Este enfoque no solo facilita la comprensión de las emociones, sino que también fomenta la empatía y la socialización.
Las narrativas proporcionan un contexto real y relatable para explorar las emociones. Al escuchar o participar en una historia que involucra personajes que experimentan diferentes sentimientos, los niños pueden conectar sus propias experiencias con las de los demás. Además, crear narrativas juntos, ya sea a través de la dramatización o la escritura, permite a los niños internalizar y expresar sus propios estados emocionales de una forma segura y creatividad.
Identificación de Emociones a través de Personajes
Una de las claves para usar narrativas es la identificación de las emociones que experimentan los personajes. Al leer una historia, puedes preguntar a los niños: "¿Cómo creen que se siente el personaje?", "¿Qué está haciendo que lo haga sentir así?", o "¿Han sentido algo parecido alguna vez?". Utiliza un lenguaje sencillo y concreto para describir las emociones. Por ejemplo, en lugar de decir "está triste", puedes decir "está llorando porque se ha perdido a su amigo".
Introduce un vocabulario emocional básico como alegre, triste, enfadado, asustado, feliz, sorprendido, etc. Visualiza estas emociones con expresiones faciales y lenguaje corporal. Puedes pedir a los niños que hagan muecas que representen cada emoción. La observación y el diálogo constante durante la narración son esenciales para ayudarles a conectar la emoción con la situación.
Finalmente, es importante normalizar la expresión de las emociones. Explica que es normal sentirse triste, enfadado o asustado y que todos experimentamos estas emociones en diferentes momentos de nuestra vida. Ofrece ejemplos de cómo podemos manejar estas emociones de manera positiva.
Creación de Narrativas Compartidas
Involucrar a los niños en la creación de sus propias narrativas es una forma fantástica de reforzar el aprendizaje emocional. Puedes empezar con una pregunta abierta: "Vamos a inventar una historia sobre un personaje que se siente...". Luego, anima a los niños a aportar ideas sobre lo que el personaje hace, cómo se siente y cómo resuelve su problema.
La colaboración es fundamental aquí. Si un niño dice que un personaje está enfadado, pregunta: "¿Por qué está enfadado? ¿Qué podría hacer para sentirse mejor?". Fomenta la creatividad y la imaginación, permitiendo que los niños exploren diferentes escenarios y soluciones. No te preocupes por la estructura o la gramática; lo importante es que se diviertan y expresen sus ideas.
Utiliza materiales diversos para la creación de la historia: dibujos, títeres, fantoches, plastilina, etc. Esto permite que los niños exploren sus emociones de diferentes maneras y se sientan más empoderados en el proceso creativo.
Exploración de la Causa y Consecuencia de las Emociones

Una vez que los niños han identificado las emociones en una narración, es importante explorar las causas y consecuencias de esas emociones. Pregunta: "¿Qué hizo que el personaje se sintiera así?", "¿Qué pasó después?", "¿Cómo reaccionó el personaje?". Ayúdales a comprender la relación entre la situación y la emoción.
Es crucial ayudarles a entender que sus acciones pueden tener consecuencias emocionales. Por ejemplo, si un personaje se enoja y golpea a otro, es importante explicar que esto puede hacer que la otra persona se sienta triste o asustada. Discutir sobre las alternativas para manejar estas situaciones de manera diferente es vital.
Utiliza preguntas reflexivas para fomentar la comprensión. "¿Cómo crees que se sintió la otra persona?", "¿Qué podría haber hecho el personaje de otra manera?". Estas preguntas promueven la reflexión y el desarrollo de habilidades de resolución de problemas.
Incorporando Actividades de Refuerzo
Para consolidar el aprendizaje, es importante incorporar actividades de refuerzo después de leer o crear una narrativa. Puedes realizar juegos de roles donde los niños representen los personajes y sus emociones, dibujar cómo se sienten, o escribir sobre sus propios sentimientos.
Las actividades de manipulación sensorial también pueden ser muy útiles. Por ejemplo, puedes usar plastilina para moldear diferentes expresiones faciales que representen diferentes emociones. O puedes usar sonidos para evocar diferentes estados de ánimo.
Finalmente, promueve la conversación sobre las emociones en el aula. Crea un ambiente seguro donde los niños se sientan cómodos compartiendo sus sentimientos y escuchando a los demás. Un simple “¿Cómo te sientes hoy?” puede abrir una puerta a la expresión emocional.
Conclusión
El uso de narrativas en el preescolar es una estrategia pedagógica poderosa para el crescimiento emocional de los niños. Al proporcionar un contexto accesible y relatable para explorar las emociones, las narrativas ayudan a los niños a desarrollar la conciencia de sí mismos y la capacidad de relacionarse con los demás de manera empática. Se convierte en una herramienta que facilita la construcción de una base sólida para el bienestar emocional a largo plazo.
A través de la creación colaborativa de historias y la discusión de las emociones de los personajes, los niños aprenden a identificar, comprender y expresar sus propios sentimientos de una manera segura y creativa. El preescolar, a través de este enfoque, se convierte en un espacio vital para fomentar la resiliencia emocional y la capacidad de afrontar los desafíos de la vida con confianza y una sana gestión de las emociones.
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